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Naciones Unidas volvió a decirle ayer a EEUU que el embargo contra Cuba "es injusto e inhumano". La Asamblea General decidió solicitar a Washington por decimosexta vez consecutiva que ponga fin a 45 largos años de hostilidad contra La Habana.



Ayer, 184 países de los 192 que componen el parlamento mundial votaron a favor de la resolución. Tan sólo las Islas de Palau y Marshall, Israel y, lógicamente, EEUU se opusieron. Micronesia optó por la abstención. Una victoria moral cubana sin efectos prácticos.



Fue el canciller cubano Felipe Pérez Roque quien se encargó de disgregar los cuantiosos perjuicios que las sanciones han ocasionado, y siguen ocasionando, a la Isla. La Habana denuncia casi 90.000 millones de dólares en pérdidas de contratos comerciales, la imposibilidad de comprar material sanitario, los obstáculos para lograr acuerdos con terceros países y, desde este mismo año, la prohibición de intercambios universitarios.



Pérez Roque añadió que el Gobierno estadounidense tiene previstas multas de un millón de dólares para las empresas y 250 mil dólares para los individuos que burlen esta legislación. Para no levantar suspicacias en algunos países, el texto presentado por la delegación cubana ante la Asamblea General se sustentó en el informe anual del secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, que recoge el desacuerdo con la política de la Casa Blanca sobre Cuba expresado por más de 120 países frente a los 98 del pasado año. Así, se censura la Ley Helms-Burton, cuyos efectos no sólo afecta a la soberanía de Cuba sino también a la de otros Estados.



Críticas internas



La ONU viene mostrando desde 1992 su rechazo al embargo que Washington mantiene sobre La Habana desde hace 45 años. Y lejos de detenerse, la oposición ha progresado, incluso dentro de EEUU. El último en sumarse al furgón de críticos es el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, quien aseguró que el embargo "ha fracasado porque no ha conseguido nada".



En declaraciones a la cadena CNN, el aspirante a la nominación por el Partido Demócrata a las elecciones presidenciales de 2008 no dudó al afirmar que, de llegar a la Casa Blanca, dejaría sin efecto las últimas medidas adoptadas por Bush para endurecer aún más la presión a Cuba. Richardson se mostró favorable a permitir viajar a los ciudadanos estadounidenses con libertad a la Isla. Además, defendió el comercio como la vía más útil para abrir un diálogo con La Habana "sobre una transición democrática".



También el relator especial del Derecho a la Alimentación de Naciones Unidas, el suizo Jean Ziegler, de gira mundial, se ha encargado de encadenar condenas hacia el embargo contra Cuba. Ziegler considera una "arrogancia unilateral" y un "ataque" al orden internacional la política de Washington contra La Habana.



(Público)